"No se trata de dirigir a alguien, sino de dirigirse uno mismo".
Robert Bresson

domingo, 4 de septiembre de 2011

CLASE I: 26 de Agosto de 2011

Clase inaugural: "La cátedra se organiza sobre la base de cuatro líneas conceptuales principales, la teórica, la práctica, la analítica y el proceso mismo de creación. Estas líneas cruzan el desarrollo del programa formando una trama que interrelacionará los contenidos".

          El director de cine como autor se enfrenta a uno de los desafíos más grande al deber transformar su elaborada pero intangible idea, en un proyecto audiovisual tangible. Para ello, tiene la imperiosa y difícil necesidad de formar un equipo de trabajo que lo acompañará en este importante proceso. Esta selección de diferentes profesionales pertenecientes a distintas áreas se desarrolla de manera minuciosa y con un tiempo prudencial preestablecido. Asimismo, es el director quien tomará la responsabilidad para incluir o excluir distintos profesionales, obteniendo como resultado final su nuevo equipo de trabajo. A partir de este momento, es fundamental contar con la capacidad de llevar adelante las mejores de las relaciones humanas posible dentro del ámbito laboral. Si bien la idea puede pertenecer a un sólo autor, el proyecto final, es decir la película, será una creación elaborada en equipo. 
        Durante todo este proceso el director no sólo debe dirigir sino que, al mismo tiempo, tiene como meta afrontar y resolver aquellas debilidades humanas y técnicas propias de esta profesión, cuyo objetivo debe escapar al fracaso y a la interrupción parcial o definitiva del proyecto en curso. Es así que al director cinematográfico se lo suele aconsejar y sugerir que amplie, complemente y vincule sus cualidades como profesional con capacidades de otras áreas, no necesariamente artísticas. Es decir, conseguir una mezcla nutritiva con un poco pintor, otro poco escritor, músico, sociólogo, entre otros. "Un director no puede llamarse director si no conoce la música, y a fondo, así como la danza", aseguró el director de cine y escritor estadounidense Elia Kazan. 
       Finalmente, un director cinematográfico debe estar capacitado para atravesar conflictos específicos que irán surgiendo, en forma eventual, a lo largo de este laborioso y no menos dificultoso proceso de convertir una idea intangible en un material tangible. Para ello, deberá replantearse y, al mismo tiempo, tomar decisiones acertadas que concluyan y concuerden positivamente para su proyecto final. 
        Aquí, cabe destacar a Orson Welles y su empeño como autor al tardar tres años en rodar Othello. Este polifacético estadounidense tuvo que tomar decisiones límites para poder seguir adelante con el rodaje de la película. Sin embargo, algunos argumentan la falta de cohesión dentro de la misma, debido a los problemas de presupuesto, la utilización de diferentes locaciones, directores de fotografía y hasta el reemplazo de un mismo personaje interpretado por diferentes actores. No obstante, Welles se pasó tres años actuando en diversas películas para ganar dinero y poder invertirlo en la continuidad del rodaje de Othello. Es así que existen diálogos con contraplanos que fueron rodados sin continuidad, en años posteriores, en diferentes locaciones y con distintos actores. Welles ha llegado a la situación límite en la que no pudo contar con un presupuesto acorde y como consecuencia, no tuvo el vestuario planificado para la escena. Entonces, este peculiar director resolvió rápida e inteligentemente, rodar la escena en un baño turco fabricado tan sólo con cuatro tablas y en donde, los soldados sólo debían llevar toallas atadas a las cinturas.



María Luján González Raffino

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